Desarrollado en una de las ciudades más calurosas de México, sabemos un poco sobre el calor. En 2013, Gustavo Cadena, fundador de Omius, estudiaba Ingeniería y Física en el Tec de Monterrey. Cansado del calor sofocante bajo el sol abrasador, comenzó a investigar cómo los humanos podrían adaptarse a las temperaturas elevadas.
A través de su trabajo, se dio cuenta de que la ropa era una de las principales causas de su malestar. Los textiles son aislantes térmicos. Su ausencia es lo que refresca el cuerpo. Las telas más frescas del mercado son finísimas y están perforadas para maximizar el flujo de aire. ¡Pero hay un límite en lo delgada y porosa que puede ser una tela!
Tras incontables horas de prototipos, dio con lo que considera la forma más eficiente de enfriar el cuerpo. Inspirado en la forma en que refrigeramos las computadoras y los motores, desarrolló un material especialmente diseñado para enfriar la piel humana actuando como disipador de calor.
Usado por campeones olímpicos y de Ironman, y reconocido como uno de los «Mejores Inventos de 2024» por la revista Time, nuestro casco es el primer paso en la aplicación de esta tecnología pionera. Estamos desarrollando más aplicaciones, como parte de nuestra misión de ayudar a las personas a adaptarse a un planeta cada vez más cálido.



